Si eres escrupuloso quizás te recomiende no seguir leyendo. La semana pasada uno de vosotros me preguntó sobre el famoso juego de la galleta y sobre sus implicaciones así que, sin pelos en la lengua, ¡allá va este post! Para jugar a “la galleta” tan solo se necesita a un grupo de hombres (generalmente lo llevan a cabo chicos jóvenes en un vestuario o lugar íntimo), una galleta y suficientes ganas de participar. El juego es muy sencillo: se trata de masturbarse todos a la vez de forma que se acabe eyaculando sobre la galleta. El último en eyacular pierde y tendrá que comérsela.
Como es bien sabido, muchos jóvenes (sobretodo hombres) descubren su sexualidad en grupo. La masturbación, como ya sabéis, no conlleva en sí misma ninguna consecuencia negativa, tampoco en grupo. La galleta no es más que un ritual pero ¿Qué implicaciones conlleva?
- Riesgo de transmisión de infecciones: más que nada, para el “afortunado” que acaba tomando los fluidos de todos sus compañeros.
- Rapidez y presión: al final, se trata de un juego de velocidad y precisamente es nuestra sexualidad la que requiere de calma y relajación. ¿No os da que pensar? En este juego gana el más rápido mientras que, por el contrario, en el día a día los hombres buscan durar más en sus relaciones sexuales. ¿Cómo se está educando al cuerpo en este caso? Juegos como éste son precursores de la eyaculación precoz, sin duda.
- Odiosas comparaciones en los vestuarios y en el día a día: las comparaciones son inevitables pero la fanfarronería y las risas no lo son. Se le ha llegado a llamar el “síndrome del vestuario” y es que el tamaño y el rendimiento sexual son temas que preocupan a los hombres y con los que constantemente hacen comparaciones. Juegos como éste las propician y les llevan a preocuparse, entre otros, por el tamaño.
¿Qué os parece? ¿Conocéis más rituales o juegos como éste? ¿Creéis que podríamos hablar más profundamente de alguno de sus detalles?